Alacalufes, al estilo de Robinson Crusoe

2 comentarios Estándar


Alacalufes es el nombre que los europeos dieron al pueblo kawésqar del sur de Chile, nómadas que recorrían en canoas los canales de la Patagonia occidental y la Isla Grande de Tierra del Fuego.

Casi exterminados por completo, apenas quedan alrededor de 17 kawéskar puros en el país austral. Pero el nombre de Alacalufes fue concedido en 1969 para una Reserva Nacional de 2,3 millones de hectáreas que custodia con extraordinario celo un hombre, Jovito González.


Hace honor al vocablo kawésqar, que quiere decir “ser humano”. Un guardaparques que transpira modestia y sencillez, en la consagración de su vida a la naturaleza, a la protección del medio ambiente y los ecosistemas.

Lleva 41 años como guardaparques de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y hace una década que es una suerte de Robinson Crusoe en Alacalufes, zona de difícil acceso situada en la provincia de Ultima Esperanza, en la Región de Magallanes y la Antártica chilena.

Alacalufes está compuesta de miles archipiélagos e islas desoladas, fiordos y canales, con 70 mil kilómetros de costas y una variopinta sinfonía de delfines, orcas, chungungos (nutrias), cetáceos, albatros de ceja negra, patos yuncos, pingüinos, lobos marinos, cormoranes, petreles y golondrinas de mar entre otros.

En Magallanes y la Antártida chilena, Jovito González ha desarrollado casi toda su vida.

-Antes estuve en las Torres del Paine, siempre sentí pasión por la naturaleza. Soy del campo y me quedaron prendidos los amaneceres con el aroma de los rocíos, la primavera y esa paz que reina en las mañanas.

Torres del Paine es una de las plazas favoritas del turismo, uno de los lugares más bellos del mundo según National Geographic y Reserva de la Biosfera de la Unesco desde 1978.

-Es un placer servir a la naturaleza. Yo tengo tres hijos y a todos con mi esposa les hemos inculcado el amor por las plantas, los animales, la vegetación, las montañas, los valles (…). El mayor es biólogo marino y hace poco se hizo doctor en ciencias.

Aunque no le molesta el anonimato, me cuenta con orgullo que estaba de invitado especial en el IV Congreso de Areas Marinas Protegidas (IMPAC4) en la atractiva ciudad de La Serena, norte de Chile, donde nos conocimos.

A la pregunta obvia de cómo preservar 2,3 millones de hectáreas, detalla su estilo de trabajo a lo Robinson Crusoe con ayuda eventual.

-Planificamos varias salidas por períodos de 12 a 15 días con recorridos de cerca de 1,300 kilómetros, lo que me permite recopilar información, hacer mapas y alertar de peligros y amenazas en la reserva. Vivimos en condiciones difíciles, peligros, climas hostiles pero resistimos, vale la pena.

-El resto del tiempo me la paso solitario en mi oficina para ordenar y estudiar los resultados de las investigaciones, el comportamiento de los animales, la influencia del cambio climático. Aunque es una zona remota, hay que estar vigilante ante cazadores y pescadores furtivos.

Como detalle significativo, en la Reserva Nacional de Alacalufes, que es parte del proyecto de ocho organizaciones denominado Patagonia Mar y Tierra, habita el ciervo más austral del planeta, el huemul, en peligro de extinción. Aunque está protegido, se cree que quedan apenas unos centenares.

Se trata de una de las áreas de interés de Patagonia Mar y Tierra, con el objetivo de elevar su categoría a Parque Nacional de Alacalufes, con lo cual aumentarían los recursos destinados a su conservación.

-Fui scout, aprendí de la naturaleza y cursé estudios relacionados con el ecoturismo. Luego me sedujo la idea de ser guardaparques y con ese espíritu hemos vivido en familia. Todos nos sentimos muy útiles.

A modo de queja, Jovito González termina la conversación con un llamado a mejorar la conservación de los mares.

-Hasta ahora se dedican más esfuerzos a los Parques Nacionales y las zonas terrestres. Ojalá que con Patagonia Mar y Tierra avancemos en todas las direcciones.

2 comentarios en “Alacalufes, al estilo de Robinson Crusoe

Deja un comentario